SEVILLA / ESPINACAS CON GARBANZOS Y CARRILLADAS EN SALSA
Cómo podría describir una tierra que siento como propia, -no en vano soy sevillana consorte-, sin caer en la petulancia; me resultaría muy difícil. Sevilla es para vivirla; para oler sus primaveras; para reír a mandíbula batiente con el gracejo de sus gentes; para contemplarla desde los cielos subiendo a la Giralda; para vivir su Semana Santa -mitad penitente, mitad conquistadora gritándole a alguna de sus vírgenes ¡qué bonita eres, coño! y para vivir su feria de abril, su paseo de caballos y el consomé con yerbabuena calentito a altas horas de la madrugada; disfrutar de sus parques y el Barrio de Santa Cruz; comer a la vera del Guadalquivir y tapear por Triana; todo eso y muchísimo más es Sevilla. Repito, ¡Sevilla es para vivirla!
Previendo posibles desastres el propio sábado, el viernes tarde-noche me puse al ataque con mis carrilladas y las dejé preparadas a falta sólo de pasar la salsa por la minipimer. Igualmente, para que las natillas estuvieran fresquitas al día siguiente, me puse a continuación a preparar el postre; este era otro reto pendiente, pues la primera vez que lo intenté el resultado fue un "batido de natillas", ricas, pero sin consistencia. Esta vez había conseguido darles el espesor adecuado. Como no podía meterlas en el frigo tan calientes le encomendé al vieito bobo que lo hiciera él cuando se acostase y a la 1 de la mañana me acosté muy pero que muy satisfecha conmigo misma.
El sábado, creyendo que se me presentaba una mañana tranquila y que tenía casi todos los deberes hechos, me puse a media mañana a cocer mis garbanzos, mis espinacas, con toda la tranquilidad del mundo; cuando, ¡horror! apareció mi cuñado por la puerta. Miré el reloj,... faltaban unos minutines para las 2 de la tarde. ¡Entré en pánico! 😱Ya no daba pié con bola. El pan y los ajos que freía en aquel momento, cual si vinieran del Congo. ¡Repetición! Enrique, ¿qué tengo que hacer ahora? Las instrucciones de mi cuñado y del vieito bobo, no siempre coincidentes, se me apelotonaban en el cortex cerebral: ¡mézclalo todo ya!, ¡más comino!, ¡no has echado la cayena!, ¡esto está soso!, ¡le sigue faltando comino!,... Y yo, cual autómata, obedeciendo.
Para rizar el rizo, al disponerme a calentar las carrilladas, me dí cuenta de que la salsa estaba sin preparar. No te preocupes, me tranquilizó mi cuñado, si es verdurita déjala así. ¡Ea, así se quedan!
No querido lector, no termina ahí la cosa; las natillas con aquella consistencia tan buena y de las que estaba tan orgullosa de haberlo conseguido al fin, estaban líquidas de nuevo, como si fuera batido de vainilla. Al vieito bobo se le olvidó meterlos en el frigo la noche anterior y según internet -que todo lo sabe- un ambiente cálido hace que las natillas pierdan espesor.
Conclusión: nada salió como debiera, pero sinceramente todo muy muy rico.
ESPINACAS CON GARBANZOS
INGREDIENTES (para 3 personas)
* 200 grs. garbanzos
* 1/2 kg. espinacas
* 4 dientes de ajo
* 2 rebanadas de pan
* 1 cucharadas de pimentón dulce
* 1 cucharadita de comino en grano
* AOVE
* Vinagre de vino
* Guindilla al gusto
* Sal
1. Todo preparadito:
* Poner en remojo los garbanzos el día anterior. Y lavarlos antes de cocerlos.
* Si las espinacas son frescas, lavarlas muy bien y trocearlas.
* Cortar dos rebanadas de pan
2. En una olla, introducimos las espinacas y cubrimos de agua para pasar a cocerlas durante 10 minutos a partir del primer hervor, con un poco de sal. Escurrilar bien y reservar
3. En la olla express ponemos a cocer los garbanzos unos 20 - 25 minutos, con un poco de sal. Reservar.
4. En una sarten, con un poco de aceite de oliva virgen, refreír los ajos enteros pelados y las dos rebanadas de pan hasta que estén dorados. Retirar y reservar.
5. En un mortero, machacar, las rebanadas de pan, los ajos enteros, el chorrito de vinagre, el comino y la guindilla.
6. Volvemos a poner a calentar la sartén con algo de aceite y cuando esté templado, agregamos el pimentón moviéndolo ligeramente; añadimos el majado del mortero, las espinacas troceadas y los garbanzos cocidos, refriéndolo todo a fuego lento durante 10 minutos. Rectificar de sal.
7. Lo suyo sería servir con unas rebanaditas de pan frito y en cazuelita de barro.
CARRILLADAS EN SALSA
INGREDIENTES
* 8 carrilladas de cerdo ibérico
* 2 zanahorias
* 1 cebolla
* 1 puerro
* 6 dientes de ajo
* 1/2 cucharadita de tomillo
* 1 cucharadita de orégano
* 2 hojas de laurel
* Una pizca de canela en polvo
* 400 ml. de vino tinto, cuanto más bueno, mejor
* 1 pastilla de concentrado de carne
* 600 ml. agua
* 2 cucharadas de harina
* 60 ml. de AOVE
* 1/2 cucharadita de pimienta negra
* Sal
* Lo primero es quitarle la grasa sobrante a las carrilladas con un cuchillo bien afilado. Les echamos sal y pimienta por ambas caras y en un plato con harina las, embadurnamos, también por ambas caras. Reservar.
* Pelamos la cebolla, los ajos, el puerro y la zanahoria y lo cortamos en trozos finos.
* Medimos los 400 ml. de vino.
2. En la olla a presión vertemos el aceite de oliva y cuando esté templado, sellamos las carrilladas durante un par de minutos. Sacamos y reservamos.
3. Utilizando el mismo aceite de sellar la carne sofreímos a fuego medio, la cebolla, los ajos, el puerro y las zanahorias, durante 5 minutos.
4. Añadimos el vino tinto, la pizca de canela, el orégano y el tomillo y removemos unos minutos hasta que el alcohol se haya evaporado.
5. Añadimos la pastilla de caldo de carne desmenuzada y una cucharadita de harina. Removemos bien.
6. Incorporamos los 700 ml. de agua y las carrilladas que teníamos reservadas. Dejamos cocer con la olla cerrada durante media hora a fuego bajo.
7. Comprobamos que la carne está tierna (si no lo está la dejamos un poco más sin cerrar hasta que lo esté) y la retiramos del guiso.
8. Con la minipimer pasamos todas las verduritas con el caldo, hasta conseguir una salsa homogénea.
9. Verter la salsa encima de las carrilleras.